Quiero ver un concilio multicultural de Iglesias guiadas por hombres y mujeres ungidos que no están atados a barreras denominacionales. Que voluntariamente se someten a la unción de unos y otros en el ministerio. Cuyo interés principal es servir y no ser servido. Un concilio que traspasa fronteras internacionales. Un concilio que acepta la diversidad como bendición y sin embargo disciernen y excluyen aquellos que son ambiciosos con egoísmo.